Soy Silvia Cotillas y te cuento mi historia:

Empecé como tú, como todos, por cuenta ajena y con mucha ilusión. Tras unos años, comprendí que debía emprender algo por mi cuenta, debía poder demostrarme hasta dónde llegaba mi potencial y por eso me hice Administradora de Fincas.

Hoy soy consciente de la gran experiencia que me ha aportado el desempeño de este complicado trabajo. Me he enfrentado a todo tipo de circunstancias delicadas, incluso insólitas, y he tenido que desarrollar una gran capacidad de empatía.

Puede que sea un trabajo como todos, ni más ni menos, pero me ha aportado una apertura de mente que ha hecho de mí una persona nueva, más ágil en la resolución de conflictos, resiliente, capaz, quizás valiente… El problema es que, mientras conseguía evolucionar profesionalmente, me iba apagando y perdiendo la ilusión por la vida.

Y llegó mi momento. Necesitaba dar un giro a mi vida y realizar algo que llevaba mucho tiempo intentando hacer. Me incorporé como voluntaria durante un año a la Asociación Española contra el Cáncer, intentando prestar ayuda a todas esas personas valientes que estaban librando la gran batalla de su vida. Durante el tiempo que estaba con ellos, sentía que mi corazón latía con fuerza. Realmente, era donde quería estar. Al mismo tiempo los pacientes veían en mí a esa persona cercana que aportaba a sus jornadas de tratamiento un poco de luz.

Entonces fue cuando sentí que la otra parte de la vida que tenía no era lo que quería. Así que, con un miedo atroz, decidí volver a empezar de nuevo, dedicándome en cuerpo y alma a lo que verdaderamente me hacer sentir viva y feliz: a ayudar a personas como tú a potenciar sus dones (talentos) a través del coaching. Y, además, abrir un camino más para que el coaching dé fuerza a quienes se enfrentan a una enfermedad, para que perciban su fuerza y puedan seguir luchando contra lo que no les permite vivir.

Me certifiqué como Coach en Crearte Coaching, una de las Escuelas de Coaching más prestigiosas de Madrid. Ahora, llevo tiempo ayudando a los demás y, por fin, siento que vivo plenamente y que he encontrado mi verdadero yo.

En esta aventura no estoy sola. Son varias las personas que hacen posible el camino que he elegido.

A ellos también debo estar hoy aquí.

Especialmente quiero referirme a Santiago, nuestro director de Actividades. Él es quien nos ayuda a volver a estar en paz con nuestro entorno, y con nosotros mismos, a través de los “baños del bosque”.

Pero también es quien nos invita a encontrar nuestra esencia natural cuando nos alejamos de ella. Él siente de forma muy singular lo que nos ofrece la naturaleza y nos recuerda que su energía, si somos capaces de percibirla, nos aporta numerosos beneficios. Santi asegura que olvidamos que somos parte de ella, pero que nos revitaliza cuando volvemos a ella.